La invasión francesa también afectó a la cofradía pues en su capilla, instalaron las tropas napoleónicas su cuartel general, causando en ésta multitud de destrozos este suceso junto la desamortización de 1836 hicieron que la cofradía perdiera su capilla. Trasladándose las sagradas imágenes y el altar a la iglesia del monasterio de Santa Clara.
1836. Exclaustración del convento de San Francisco. Venta de la Capilla de la Soledad, adquirida por Vicente de la Prada y Azcárate quien la utiliza con posterioridad como bodega. (de la fachada de la capilla, ya usada como bodega cuya puerta da la plazoleta de la Soledad, la Hermandad posee 3 fotografías).
Por la documentación existente en el Registro de la Propiedad de Moguer se conoce las dimensiones y linderos de la capilla, esta se componía “de una nave principal de 28 mts de longitud, que parte de Este a Oeste, y 7,5mts de latitud y dos habitaciones, a el norte una, con frente a la calle o plazoleta que era el compás o entrada del Convento, con 5,86 mts de longitud, y latitud de 3,35 mts, y la otra, en el extremo opuesto, de 6 mts de longitud y 5 de latitud, sin corra; linde norte, casa de D. Francisco Thorices; sur, el referido convento de San Francisco; este huerta de D. Francisco Thorices; y oeste, la referida plazoleta, sin número” (finca con nº de registro 1561, ff. 121v, del libro 14, tomo 39 del municipio de Moguer: “un solar que fue hermita de la Soledad en el Exconvento de San Francisco de esta Ciudad, situada la calle San Francisco de esta Ciudad”.)
1852, septiembre, 6. Ignacia Hernández Pinzón, que se declara devota de la Virgen de la Soledad y encargada de cuidar las imágenes, solicitó al Arzobispado de Sevilla el traslado de estas imágenes y su retablo a la Parroquia. Dicho altar se colocó en la pared de la torre parroquial, lugar que con anterioridad ocupaba el Cristo de los Remedios, si bien con anterioridad ocupó un espacio frente al Sagrario.
1836. Exclaustración del convento de San Francisco. Venta de la Capilla de la Soledad, adquirida por Vicente de la Prada y Azcárate quien la utiliza con posterioridad como bodega. (de la fachada de la capilla, ya usada como bodega cuya puerta da la plazoleta de la Soledad, la Hermandad posee 3 fotografías).
Por la documentación existente en el Registro de la Propiedad de Moguer se conoce las dimensiones y linderos de la capilla, esta se componía “de una nave principal de 28 mts de longitud, que parte de Este a Oeste, y 7,5mts de latitud y dos habitaciones, a el norte una, con frente a la calle o plazoleta que era el compás o entrada del Convento, con 5,86 mts de longitud, y latitud de 3,35 mts, y la otra, en el extremo opuesto, de 6 mts de longitud y 5 de latitud, sin corra; linde norte, casa de D. Francisco Thorices; sur, el referido convento de San Francisco; este huerta de D. Francisco Thorices; y oeste, la referida plazoleta, sin número” (finca con nº de registro 1561, ff. 121v, del libro 14, tomo 39 del municipio de Moguer: “un solar que fue hermita de la Soledad en el Exconvento de San Francisco de esta Ciudad, situada la calle San Francisco de esta Ciudad”.)
1852, septiembre, 6. Ignacia Hernández Pinzón, que se declara devota de la Virgen de la Soledad y encargada de cuidar las imágenes, solicitó al Arzobispado de Sevilla el traslado de estas imágenes y su retablo a la Parroquia. Dicho altar se colocó en la pared de la torre parroquial, lugar que con anterioridad ocupaba el Cristo de los Remedios, si bien con anterioridad ocupó un espacio frente al Sagrario.
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